Mustafa
Había una mujer muy chiquita que se llamaba Chiquitín. Chiquitín vivía abajo de una calle. La calle estaba en una ciudad arábica, Mustafa. En Mustafa había mucho sol, y era muy caliente. Habían muchas personas en Mustafa que podrían hacer juegos malabares con espadas. También habían otras que podrían hacerlo con antorchas.
Chiquitín no tenía ningún centavo, y necesitaba robar comida cada día. Era muy fácil para Chiquitín porque ella era muy baja, y las personas no podrían verla cuando ella robaba la comida. Cuando las personas miraban a Chiquitín, ella les mordía a los dedos del pie, y se escapaba. Había una persona que se llamaba Pumba.
Un día, Pumba fue al Mustafa. Pumba era muy grande, y tenía una voz muy baja. Un día, Chiquitín intentó robar comida de Pumba. Pumba pudó sentir a Chiquitín, y la vio por debajo. Cuando Pumba vio para abajo, Chiquitín le picó a los dedos de Pumba muy rápidamente, pero Pumba la agaró antes que élla hiciera mucho daño. -¿Por qué estás robando comida de esas personas?- Pumba le preguntó a Chiquitín. -Porque yo no tengo comida, y por eso, necesito robar mis cosas,- respondió Chiquitín. -¿Es verdad?- -Si, es verdad.- -¿Por que le estás picando a los dedos de las personas?- -Es una manera de escapar.- Si quieres comida, debieras preguntarme.- -¡No, yo no le pregunto a nadie!- En este momento, Pumba picó a Chiquitín. -Por que haces eso?- preguntó Chiquitín. -Para que supiste como me siento,- repondio Pumba. -Mis dedos de mi pie me duelen mucho. Lo siento, Persona Grande.